H.E.A.T y Crazy Lixx derriten la sala Custom de Sevilla.

diciembre 10, 2023

 


Aprovechando que los suecos H.E.A.T venĆ­an por tierras sureƱas y ese dĆ­a descansaba de mi actividad laboral, decidĆ­ ir a ver a los nĆ³rdicos a Sevilla que actuaron el pasado 7 de noviembre, ya que por desgracia para los pueblerinos de la Costa del Sol se nos acabaron los conciertos que los murcianicos de Madness Live venĆ­an haciendo por estos lares. A modo de reflexiĆ³n, he ido a varios conciertos de Madness Live cuando hacĆ­an bolos en MĆ”laga, y viendo como estĆ” el panorama actualmente en cuanto a la famosa escena rock en la Costa del Sol, estĆ” claro que hay mĆ”s vida en el Desierto de Tabernas que en MĆ”laga.






LĆ³gico que Madness hiciera el petate, en Sevilla era martes y H.E.A.T metieron a 400 personas en una sala Custom, que a mi parecer en cuanto a capacidad la veo muy comparable a salas como la Trinchera de MĆ”laga. Pero claro, habrĆ­a que preguntar tambiĆ©n el precio de los alquileres de las salas de MĆ”laga, chico que estamos en la Costa del sol donde te soplan 4 euros por un mini botellĆ­n de cerveza en un garito viendo a una banda cojonuda con un sonido de šŸ’© debido a que la acĆŗstica de mi baƱo es mejor que la del garito.




A lo que iba, que me desvĆ­o del tema, total que volante en mano y “Cruise mode On” allĆ­ iba yo por esas llanuras de la A92 de la Ć©poca en la que Curro (el de la expo) se daba chapuzones en el Guadalquivir y nos visitaba un Joe Satriani aĆŗn con pelo, junto a Steve Vai y un descolocado Brian May, diciendo ¿QuĆ© fucking hago yo aquĆ­, con estos dos?

A eso de las siete lleguĆ© a la sala Custom no sin antes, haber “disfrutado” de la gratificante experiencia de las entradas a una gran ciudad en hora punta. Pero bueno, el “chivato” como le digo yo, se portĆ³ bien, aunque mis partes nobles se hicieron muy pequeƱas en un par de ocasiones cuando el seƱor GPS se puso en plan “buscando seƱal de GPS” y me dije como me pase esto en la entrada de Sevilla, la que puedo liar si va a ser un concierto de verdad, y no lo que me voy a encontrar en la sala Custom.

Al fin, vi el cartel de sala Custom, y me relajƩ. Pensaba que harƭa frƭo (Si en Sevilla, tambiƩn hace frƭo), pero para nada, era una noche con una temperatura ideal, asƭ que me puse en la cola mientras me percataba del puesto de hamburguesas de toda la vida en frente de la sala. (Otro punto para Sevilla) Solo faltaba que el puesto se llamara Uranga, y ya hubiese sido rizar el rizo.

Una vez crucĆ© el umbral de la puerta, me encontrĆ© con un ambiente agradable dentro de la sala, buena temperatura, y donde poco a poco se iban acercando al escenario un pĆŗblico donde la media no bajarĆ­a de los 30, y de ahĆ­ para arriba. Que querĆ©is que os diga, los jĆ³venes ya no escuchan rock, y si lo escuchan es porque sus padres quieren que sus hijos sean rockeros por narices, y estĆ”n todo el dĆ­a con la machaca, y comprĆ”ndoles camisetas del Primark con serigrafĆ­as de bandas de cuando esos padres tenĆ­an acnĆ©. Lo que seguramente no sepan esos padres, es que ese niƱo/a o adolescente, estarĆ” hasta las tachuelas de tanto rock, y preferirĆ” escuchar cualquier canciĆ³n de Taylor Swift o Bud Bunny mientras juega a juegos como al Counter-Strike, Minecraft, o Roblox.

Total, que allĆ­ estaba yo, en las primeras filas, en todo el meollo (con precauciĆ³n, que uno ya peina canas) fijĆ”ndome en el escenario donde compartĆ­an el back-line los Crazy Lixx y los H.E.A.T a la vez que me fijaba en los dos grandes ventiladores a ambos lados del escenario y daba gracias a OdĆ­n, y al resto de dioses nĆ³rdicos por no estar en el mes de julio en Sevilla. La entrada y comienzo de Crazy Lixx fue como un regreso al futuro pero sin el Delorean de Marty. Esos pelos cardados, esas mini camisetas, las zapatillas blancas, las tachuelas y complementos, y un escenario donde habĆ­a mĆ”s cuero que en una marroquinerĆ­a me llevaron hasta los aƱos de mi niƱez donde escuchaba en cintas de casetes (por supuesto grabadas) el famoso ‘Final Countdown’ de Europe, o el ‘Appetite For Destruction’ de Guns N’ Roses entre otros, y veĆ­a pelĆ­culas de terror a escondidas en mi preciado video reproductor VHS, de cuatro cabezales (¡Ojo!)

Ocho temas en total fueron los del set de Crazy Lixx en apenas cuarenta y cinco minutos de show. Los suecos suelen ser de ideas fijas, no se complican, solo hay que ver los muebles de IKEA. Tanto Crazy Lixx como H.E.A.T llevan sin variar el setlist desde el comienzo de la gira (al menos la espaƱola). Aunque en el caso de Crazy Lixx tengo que romper una lanza a su favor, ya que por lo visto el vocalista llevaba arrastrando problemas de salud desde practicamente el comienzo de la gira espaƱola, asĆ­ que el hombre hizo lo que pudo. Aun asĆ­, la banda se mostrĆ³ poderosa sobre el escenario, donde la electricidad fluĆ­a a raudales a travĆ©s de las cuerdas de las guitarras de Chrisse Olsson, Jens Lundgren y el bajo de Jens Sjƶholm que me recordaba a Joey Tempest (Europe) en sus aƱos mozos. Con un pĆŗblico rendido a los pies, Crazy Lixx nos iban entregando temas de Glam Rock y Sleaze con ese clĆ”sico sonido angelino, y salpimentado por una nostalgia ochentera impregnada por la sangre del “micro-cuchillo” en mano del vocalista Danny Rexon y su mĆ”scara de Jason durante el tema ‘XIII’ en un homenaje a esas pelĆ­culas de terror que marcaron a toda una generaciĆ³n.




Es cierto que Crazy Lixx son una banda de directo, son pura energia sobre el escenario y calentaron mucho el ambiente con clĆ”sicos de la banda como ‘21 ‘Til I Die’, pero estaba claro que los reyes de la noche eran H.E.A.T, Danny lo sabĆ­a y en varias ocasiones hizo las de presentar a lo que estaba por venir. Y vaya si lo sabĆ­a porque lo que vino a continuaciĆ³n hizo que estuviese a punto de pedir oxĆ­geno, un desfibrilador, y un cura para darme la extremaunciĆ³n.




Setlist:

  1. Whiskey Tango Foxtrom.
  2. Anthem for America.
  3. XIII.
  4. Silent Thunder.
  5. Rise Above.
  6. Walk The Wire.
  7. 21 ‘Til I Die.
  8. Never Die (Forever Wild).



Tras un pequeƱo descanso para reponer electrolitos, y donde el personal de ambas bandas, y mĆŗsicos de Crazy Lixx se apresuraban a recoger el material sobre el escenario, y poner todo a punto para H.E.A.T, ahĆ­ estaba yo despuĆ©s de una primera embestida de rock sueco, y preparado para la siguiente. La sala se iba llenando por momentos, y un aura de gran expectaciĆ³n reinaba en el ambiente. La gira espaƱola estaba siendo todo un Ć©xito, y para muchos, H.E.A.T habĆ­an sido todo un  descubrimiento en directo, ya que la fama de la energĆ­a que derrochan en sus directos habĆ­an generado un hype en el metauniverso y en el mundo real. 

Yo, que soy una persona precavida, me dije que no serƭa para tanto, (era mi primera vez que los veƭa, y espero que la primera de muchas) iluso de mƭ. AdemƔs, estaba el aliciente de la vuelta de uno de sus fundadores: el vocalista Kenny Leckremo despuƩs de su salida de la banda en 2010.





Sobre una sala a oscuras, a eso de las 21:04 que marcaba un reloj enorme sobre uno de los laterales del escenario, empezĆ³ una intro que se entrecortaba con flashes para dar paso a unos mĆŗsicos a ritmo de doble bombo en la sensacional ‘Demon Eyes’ mientras los gĆ©iseres de aire, envolvĆ­an el escenario sobre un largo telĆ³n de fondo con la portada del Ć”lbum ‘Force Majeure’. El clĆ­max llegĆ³ cuando apareciĆ³ Kenny Leckremo enfundado en su pantalĆ³n de cuero con una talla menos, sus melenas infinitas y esa sonrisa eterna (que estuvo a punto de convertirse en la del “cuƱao”, cuando su guitarrista Dave Dalone en algĆŗn momento del concierto le golpeĆ³ sin querer con el pico de la pala) produjo la admiraciĆ³n, y el fervor del pĆŗblico allĆ­ presente, y tambiĆ©n algĆŗn que otro suspiro. A partir de ahĆ­, todo aquello fue un huracĆ”n de categorĆ­a 4 como mĆ­nimo. Con un sonido limpio y atronador, (escuchĆ© que el sonido de Crazy Lixx fue algo bajo) la banda se dejĆ³ literalmente la piel sobre el escenario, y nos mostraban el porquĆ© la fama que tenĆ­an en directo, no era sobrevalorada.

Los primeros temas fueron como una explosiĆ³n nuclear de energĆ­a, Kenny con una pose y gestos al Dickinson de la Ć©poca del ‘Number of The Beast’ nos llevaba en volandas. Saltamos con Ć©l, gritamos con Ć©l, y cantĆ© los temas hasta la extenuaciĆ³n, no siendo mi banda favorita. Un amable seƱor al lado mĆ­o me gritaba “y por esto ya ha merecido la pena los 30 euros”, y a mĆ­ se me nublaba la vista, y pasĆ© a un fundido en negro. Bromas aparte, realmente tuve que parar y a partir de ese momento, me di cuenta que no tenĆ­a 20 aƱos y me tirĆ© el resto del concierto disfrutĆ”ndolo, pero mĆ”s tranquilo porque sabĆ­a que si no, no saldrĆ­a de allĆ­ vivo (tengo que hacer mĆ”s deporte).




Kenny era el director de una orquesta perfectamente engranada y a lo largo de quince temas de su discografĆ­a nos fueron demostrando el porquĆ© son una de las bandas internacionales con mayor proyecciĆ³n a dĆ­a de hoy.

Un setlist variado donde los suecos fueron haciendo un recorrido por su discografĆ­a con temas como ‘Cry’ de su primer disco homĆ³nimo, a temas ya clĆ”sicos como ‘Living on the Run’, ‘Downtown’ del ‘Address Nation’ donde Kenny los llevĆ³ perfectamente a su registro vocal, o ‘Back to the Rhythm’ del Ćŗltimo trabajo ‘Force Majeure’. Un concierto de hora y pocos minutos donde Kenny en ningĆŗn momento mostrĆ³ signos de agotamiento, y donde no dejaba de saltar o correr mientras el resto de bandas ejecutaba los temas de forma sobresaliente. Palabras de gratitud, (algunos momentos en un correcto castellano) ante un pĆŗblico sevillano totalmente entregado, y donde fueron presentados cada miembro de la banda para acabar el concierto con el tema ‘A Shot at Redemption’ del Ć”lbum ‘Tearing Down the Walls’. Tras lanzamientos de pĆŗas, y baquetas, se retiraron para un merecido descanso. Una pena que no salieran posteriormente a saludar a los pocos que allĆ­ quedĆ”bamos, como si hicieron algunos de los integrantes de Crazy Lixx que amablemente atendieron a pĆŗblico en la zona de merchan, y se prestaron a hacerse fotos.

Ahora me esperaba un viaje de mĆ”s de doscientos kilĆ³metros de vuelta, pero fue amenizado por la mĆŗsica de Jonathan HultĆ©n, imaginandome que atravesaba espesos bosques suecos. Y entonces, me sentĆ­ satisfecho de haber podido vivir, y disfrutar de semejante concierto con una sonrisa de oreja a oreja, y que el viaje habĆ­a merecido la pena.



Setlist:

  1. Demon Eyes
  2. Rock Your Body
  3. Hollywood
  4. Downtown
  5. One by One
  6. Late Night Lady
  7. Come Clean
  8. Breaking the Silence
  9. Living on the Run
  10. Beg Beg Beg
  11. Cry
  12. Point of No Return
  13. Back to the Rhythm
  14. Dangerous Ground
  15. A Shot at Redemption

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