Apenas treinta y cinco minutos es lo que han necesitado estos gaditanos para llegar con su caballo ganador. Un caballo que en este caso sería un lobo y la puerta serían nuestros oídos. Y es que esa explosión del tema que abre el álbum ya nos pone sobre aviso de lo que son capaces este power trío de Chiclana. "Madre" es la banda sonora de esa película de sci-fi que podría haber filmado Kubrick y que rompe en un trepidante ritmo cargado de guitarras ruidosas y desérticas de la mano de Búho y Tanin. Voces agudas saturadas apoyadas por el resto de la banda dan ese toque garage al tema y ese fuzz que se extiende como una sustancia pegajosa  y que recuerdan a bandas como los suecos Truckfighters.

"Niño salvaje" es una continuación del tema anterior, ritmos galopantes donde las voces en este caso juegan a diferentes alturas, voces feroces y graves cargadas de mala hostia mezcladas con voces agudas que rozan lo cómico (y es que seguramente estos gaditanos tengan mucha guasa) y ese sonido sucio cargado de Blues y Rock. Tema que cambia de registro es "Müllenbach F.S" con un gran riff introductorio y que en este caso juega con un  metal que a mi parecer se va hacia el thrash, pero con ese sello distintivo de la banda y ese grano en las guitarras que dan ese aire árido.

Muy diferente a "El hombre de cera", en el ecuador del álbum, un tema a medio tempo, con un ritmo machacón y donde Julio juega de nuevo con su voz en diferentes alturas y que en un momento dado el tema da un giro de 180 grados para ofrecernos ese toque Sabbathiano  con las teclas de fondo de Koe Casas (Atavismo, The Agapornis) que dan un aire psicodélico al tema. En la misma línea sigue "La llamada de Nadie" un tema con una cadencia machacona y cuyo riff se queda clavado en el  subconsciente, mientras la voz de Julio te machaca a  ritmo de bombos cajas e infinitas gruesas capas  de guitarras.

"Tan Fuerte" como su riff que envuelve el tema, un riff que nace a finales de los 60 y que en mi caso me ha recordado a los norteamericanos Ruby The Hatchet, más que al clásico de Led Zeppelin. La verdad es que el stoner es un estilo que a veces es tan crudo y el fuzz lo "ensucia" todo de tal manera que a veces no llego a apreciar lo que se esconde detrás de esas guitarras, pero en este caso la mezcla está bastante equilibrada. Es curioso como en el Stoner, Sludge, el bajo cobra un gran protagonismo pero en el caso de el Lobo en tu puerta no lo echo en falta (perdonenme los bajistas) Lo que si es un gran acierto es la introducción del teclado en algunos arreglos que le da al álbum ese aire psych rock e incluso space rock. 

En realidad con "Hong Kong II" me han vuelto a romper esquemas, esa es la grandeza de esta banda, ritmos que podrían encajar perfectamente dentro de un rap metal, con la intro con ese aura psycho y espacial apoyados posteriormente por unos scratches de Jesús Trivinho más propios de bandas como Rage Against The Machine y que de nuevo dan una vuelta de tuerca y termina el tema con un toque de solemne doom final marca de la iglesia de Sabbath 

Y para terminar,la joya de la corona, "Pensilvania" un tema de siete minutos que contiene todos los ingredientes y recursos de una banda con la calidad como El lobo en tu puerta. Una marcha cadente, lenta donde las guitarras rozan el sludge, quizás en este tema si he echado en falta algo más la profundidad que proporciona un bajo, pero de nuevo las teclas de Koe  y ese  cierre en esa atmósfera drone acaban por hacer que nos rindamos ante este gran trabajo de los de Chiclana.