Tocan tiempos difíciles, nos vendieron una "nueva normalidad" donde parecía que todo volvería a ser como antes pero con algunas restricciones. Resulta que la realidad está siendo mucho más dura de lo que podíamos imaginar, sobretodo en el sector de la música en directo que pese a ser uno de los sectores culturales que más se ha protegido, está sufriendo de lleno esta crisis del coronavirus. Varios varapalos se están llevando promotoras y salas por parte de las administraciones ante una situación de tal incertidumbre que,  hoy te dicen que todo está bien y que sigas adelante con el evento, y mañana te dicen que cierres o que no se puede realizar tal evento.

Pero bueno siendo positivos, según el dicho "mientras hay vida hay esperanza" y como reza en las redes sociales de la fotógrafa Iris Soler Martínez  "Si un fotógrafo se enamora de ti, nunca morirás"  ese amor por la música en directo de esta gran fotógrafa  que descubrimos hoy aquí, hará que esta música maltratada y herida hoy día, nunca muera mientras sigan habiendo fotógrafxs de la talla de esta valenciana captando la magia del directo. Un directo que estoy seguro, volverá a resurgir más fuerte que nunca.







"Me emociona mucho pensar en el día que decidí llevar por primera vez mi cámara a un concierto, si no recuerdo mal fue en el año 2009, tenía yo 13-14 años, me gustaba el pop y tan solo tenía una cámara compacta de una calidad bastante baja. Las fotos salieron horribles (al menos para todo lo que se ahora), como era de esperar, pero algo dentro de mí me dijo que ese era mi camino, tenía que seguirlo. Recuerdo perfectamente la sensación de guardar por primera vez un momento para siempre, de llevármelo a casa para poder disfrutarlo una y otra vez, y no solo eso, si no que también podía compartirlo con más gente.

Pasé unos años asistiendo a muchos conciertos, llevando mi cámara a todos ellos, en esos mismos años fue cuando descubrí el rock y el metal, que cambió mi vida.

En 2013 tuve que tomar la decisión de qué estudios cursar y tuve claro que la fotografía no solamente era mi afición, si no que quería convertirla en mi trabajo y en mi modo de vida, así que,decidí estudiar “Iluminación, Captación y Tratamiento de imagen”. Aprovechando esto conseguí mi primera cámara réflex, en ese momento me convertí en canonista para siempre, pasé dos años muy intensos y muy bonitos estudiando y en 2015 al muy poquito tiempo de graduarme conocí a Rafa Basa, director de “www.rafabasa.com”, una de las webs de rock y metal más importante a nivel nacional y entré a formar parte de su equipo, casi ni me lo creía, ya que llevaba mucho tiempo siguiendo la web. Ahí llegó mi primera experiencia en un festival y en grandes conciertos.

Por esa época más o menos reuní dinero para comprar mi segunda réflex, esta vez una Canon EOS 7D que junto con mis objetivos fijos se adaptaba más a las necesidades que tenía en los directos. En 2016 entré a formar parte de un programa de TV llamado “Que el rock no pare”, donde conocí más personalmente bandas nacionales y a la vez organicé mi primera exposición sobre fotografía de conciertos y posados de bandas. Recuerdo esa época con una sonrisa enorme.

Llegó 2017 y entré en Hostile Crew, una web madrileña que cubría conciertos y acompañaba las crónicas con fotografía, en la cual colaboré cubriendo algún evento en Valencia. 2017 fue un año espectacular, formé parte de la asociación Urmemetal como fotógrafa oficial, cosa que me llevó de gira por todo el país con una banda internacional, una experiencia que me marcó y me hizo crecer un poco más profesionalmente. Ese año también organicé una exposición, “Feelings”,pero esta no tuvo nada que ver con la música, salvo que algunos de mis modelos eran músicos.

A partir de 2018 comencé a trabajar más por mi cuenta, en salas de la comunidad valenciana y con bandas de muchos géneros diferentes, también organicé mi tercera exposición “(CUBE)3: música al cubo” en la cual incluí directos, posados de bandas, fotos en camerinos, técnicos de luces/sonido y todo lo que rodea a la industria musical.

En 2019 dado que la actividad de directos había bajado para mi, en parte porque tuve una “crisis” por la cual creo que pasamos todos los fotógrafos en algún momento y me planteé dejar la fotografía de conciertos, ya que es un trabajo muy duro y en muchas ocasiones poco agradecido y poco valorado, pero es mi pasión, mi debilidad... y no lo dejé, ni pienso hacerlo. Dediqué 2019 a organizar un proyecto que titulé “Músic@s al desnudo”, me alejé de los directos para desnudar el alma de algunos músicos; les fotografié en su entorno, de manera cercana y personal, para mostrar su cara más íntima mediante una entrevista, seis meses después “Músic@s al desnudo”se convirtió en exposición. Mi punto final para 2019 fue comprar la cámara con la que llevaba soñando, mi Canon EOS 6D Mark II, la niña de mis ojos.

2020 está siendo difícil para todo y para todos pero aunque no nos esté dejando disfrutar de todos los conciertos que quisiéramos no me he apartado de la música, estoy en mitad de un nuevo proyecto, “En tu piel”, se trata de una serie de autorretratos en los cuales me “meto en la piel” de diferentes artistas de rock y metal mediante maquillaje y complementos . Estoy segura que los próximos años traerán mucha música en directo y que los viviré, por supuesto, detrás de mi objetivo.

Ahora llega el momento más difícil, quedarme tan solo con cinco fotografías, cinco momentos entre tantos vividos. Ahí van:"