Nuevo proyecto musical de nombre Híbrido proveniente del sur de la península formado por miembros ya conocidos de la escena andaluza. Músicos con una larga trayectoria provenientes de bandas como Atavismo, Los Bradlys  o la desaparecida Viaje a 800.

Ese anhelo de creación musical, reunió a Sandri Pow (Atavismo) a José Moreno -Poti- (Viaje a 800, Atavismo) a José Angel (Viaje a 800) y a Zoa Rubio (Los Bradlys) y como resultado ha sido este monstruo que acaba de ver la luz de nombre "I"
El disco fue grabado en  Trafalgar Estudios de la mano de Curro Ureba, un fijo en la grabación de estas bandas y distribuido por el sello gaditano Spinda Records.

Si tenemos que hablar de Híbrido, tendríamos que hablar de eso, de hibridación; de eclecticismo; de caleidoscopia; de rock progresivo; de rock andaluz....en definitiva de introspección y a la vez unión con el medio que nos envuelve y que perfectamente estos señores han sabido plasmar en esta opera prima.

Una opera prima compuesta por cinco temas, que a priori nos pueden parecer pocos, pero debido a la extensión de ellos no es cuestión de tomárselo a broma. Ya digo, un álbum para degustarlo pausadamente y disfrutar por esa amalgama de sonidos que nos llevaran a disfrutar de un viaje de sanciones que en más de una ocasión te pondrá los vellos de punta.

Vellos de punta simplemente como comienza "Pensando en un eco de instinto interior" , esa base rítmica de poti al bajo y a Sandri pow a la bateria mientras las guitarras desdobladas dibujan un dibujo perfecto de psicodélia, son el tandem perfecto para que Híbrido extienda los tentáculos sobre nosotros y ya no podamos volver atrás.
Tras un torbellino de solos, armonías  psicodélicas  de la mano de José y Zoa y una voz en reverb que da una profundidad eterna al tema llega "Nadie, nadie" un tema que te rompe, porque esperas que la banda siga por los caminos del tema anterior pero es todo lo contrario.

Una tema que podríamos etiquetar como "indie" pero con una oscuridad y melancolía en las notas que recuerdan al postrock. La base progresiva junto a las voces lejanas de los miembros de la banda desembocan en un final de nuevo psicodélico que recuerda a ese rock psicodélico de los años 70.

"Escarlata" es rock psicódelico, es un riff monumental sobre una base rítmica de un bajo electrizante y una batería que impulsa la sangre al tema. Son subidas y bajadas, es eteriedad en las voces. En definitiva es un vals que desemboca en un final de rock sureño introducido por arpegios doblados que recuerdan a ese rock progresivo británico de los años 70.

Quedan dos temas, pero no nos engañemos son temas de más de diez minutos donde los músicos explotan al máximo sus instrumentos y composición musical.

"Círculos formando una espiral..." así abre la letra de "Les Pilues Vertes" un tema que nos lleva en un principio al desierto, al stoner  y al rock de Alameda y Triana   A solos infinitos mantenidos en el tiempo, a sintetizadores, al space rock  y a la época del mejor Gilmour... En definitiva, un viaje a diferentes lugares pero siempre con el matiz de la tierra, de ese rock tan nuestro y tan menospreciado como es el rock progresivo andaluz.

El álbum acaba con "El ente" un tema que lo abre un arpegio que da paso a un ritmo a base de wah y una batería donde toma protagonismo frente a un solo de corte satrianesco. Todo esto desemboca en todo un torrente de rock que podríamos etiquetar mas dentro del rock alternativo, pero de nuevo la banda da un nuevo giro, a base de riffs más poderosos mostrándonos que también saben de rock duro y junto con una Sandra magistral en la batería nos llevan hacia una oscuridad que a muchas les sorprenderán y que a mi en particular me encanta.

En definitiva, Hibrido suena a mar, a playa virgen,  a olivos, a desierto, a naturaleza, a folclore, a tradiciones, a costumbres...pero sobretodo a rock, a ese rock que nace de la tierra, y que se mezcla con lo de fuera dando lugar a esta magistral obra de arte producida por estos grandes músicos.

Un indispensable de este 2019.