Por Lucas Capeluto

Lizzies es una banda madrileña de chicas guerreras (y chico)  que nos encanta. Una banda que a cada disco muestra mayor madurez y que tienen un directo electrizante. No hace mucho, han finalizado su gira europea presentando su último álbum "Om Thin Ice" junto a a los suecos Hypnos  y pese a estar hasta arriba de trabajo, han tenido la delicadeza de hacer un hueco para concedernos esta entrevista. Así que, aquí la teneis.

Que hay una nueva ola de hard rock/heavy con carácter vintage que bebe de aquellos dorados años 70 es evidente. Grandes bandas de países como Suecia y EE.UU salen a la palestra mostrándonos su calidad ya sea en estudio o en el escenario. Pero...aqui en España, casi siempre hemos sido simples contempladores de lo que se cuece fuera y hemos estado a la cola siempre. Últimamente el panorama nacional en cuanto a rock/metal  está mejor que nunca aunque los de siempre digan que está fatal.

Hay bandas haciendo estilos que ni por asomo antes se hacían por estos lares, bandas triunfando fuera, bandas que tienen el reconocimiento de la crítica internacional y sobretodo gente joven dispuesta a cambiar el panorama nacional y donde reivindican la importancia de la música y la cultura de la cual se debería poder vivir en este país. Pero bueno esa no es la cuestión, que nos vamos por los cerros de Úbeda.

Hoy venimos a hablar del nuevo disco "Rise of the Serpent" de los bilbaínos "The Wizards" que está cosechando muy buenas críticas.

Estamos ante el tercer disco de estos vascos, que ya con su anterior disco "Full Moon in Scorpio" se encumbraron, aunque me temo (para bien) que este está por encima.

A diferencia del anterior este es más "heavy"  más NWOBHM y con  un sonido añejo, vintage propio de la época (cosa que el anterior también), pero con una producción propia de hoy día.

El álbum consta de ocho temas, temas largos como buenos temas que se precien en un buen álbum de metal.


Abre el disco con Apocalyptic Weapon, toda una oda a esa NWOBHM, de los primeros Iron Maiden donde se suceden los cambios de tiempo, riffs interminables, estrofas cerradas y cortantes, estribillos abiertos apoyados por coros y  solos magistrales acompañados de armonizaciones de George Dee
Phil The Pain a las guitarras. Una batería magistral llena de breaks que no parará  junto a un bajo cabalgante que dará una constante rítmica al tema.

Destiny comienza con un riff principal de intro marcado por un mágico redoble de caja, timbales y bombo donde nos va marcando el patrón del riff. Todo ello para pasar a un fantástico ritmo de corte  de heavy metal clásico. Gran labor en la parte vocal del gran Sir Ian Mason en una estrofa que sigue los patrones del heavy metal más clásico, aunque lo mejor está por llegar, un estribillo de ensueño apoyado por unos coros de corte épico que nos recuerdan a los mejores Blind Guardian y que harán seguramente de este tema un himno de la banda
Gran trabajo en conjunto, para hacer de este un tema épico que creemos que va a funcionar muy bien en directo.

Circle of Time comienza con una entrada solemne de guitarras armonizadas sobre una base rítmica fantástica de Dave O. Spare y Baraka Boy a la batería y al bajo que desembocan en unos licks infernales que darán paso a un riff de corte sabbathiano. De nuevo Ian Mason vuelve a demostrarnos su portento de voz ya sea en la estrofa o en ese fantástico estribillo tan melódico llegando al nivel de glam rock o hard rock. De nuevo hay que quitarse el sombrero ante los solos de estos magníficos guitarristas

Distorted Mirrors, quizás el tema más intimista de la banda, un tema que recuerda a los grandes Deep Purple por ese tono vocal y ese devenir del tema. Un tema in crescendo, donde acaba arriba con un estribillo desgarrador que te martillea en la cabeza y no puede dejas de repetir acompañados por solos de guitarras que lo hacen más evocador.

El siguiente tema, Age of Man quizás es el que está un poco más fuera de la línea en la que sigue el disco. Un riff principal que nos vuelve a recordar a Sabbath o incluso a Baron Rojo, aunque después la estrofa recuerda al folk metal. Pero el cambio brusco y que lo vemos acertado para salir un poco de la dinámica es el estribillo, que nos suena totalmente a AOR, Un tema que seguramente por su aire "happy" sea propicio para cerrar conciertos y convertir el sitio en una fiesta de rock y metal.

Nada que ver Strings Synchronise  donde desde el primer momento un incesante redoble de caja y una riff fantástico nos mete de nuevo en la agresividad del estilo. De nuevo Ian Mason con su registro vocal, que en este caso es algo más "limpio" que en el anterior disco nos va llevando por todo el tema hacia un estribillo de nuevo apoyado por los coros que lo hacen pegadizo y que se nos quede en nuestras cabezas. De nuevo especial mención el trabajo rítmico y de batería y bajo, y sublimes las guitarras tanto en los solos como apoyando a la voz en la parte final.

Vamos llegando ya al final del álbum que se nos ha pasado como un suspiro,  pese a ser un álbum de temas que la mayoría no baja de seis minutos. El siguiente tema Aftermath quizás recuerda más a un tema de su anterior disco. Donde los riffs son más pesados y oscuros, aunque los cambios de ritmo en esta banda son vertiginosos y no te darán un respiro ya que en el momento que bajan el ritmo, no tardarán en nada en volver a estar arriba. De nuevo un gran trabajo vocal, donde Ian Mason nos muestra su portentosa voz y sus diferentes registros.

El tema lo cierra V.O.I.D (Vision of Inner Death), el tema más largo del disco, más de nueve minutos. Comienza  con una intro a modo de arpegio donde la voz a modo de recital nos va a adentrando en el tema. La majestuosidad nos la dan las guitarras abiertas, el teclado y la voz desgarrada de Ian Mason en un estribillo maravilloso que podrían haber firmado los propios Iron Maiden o WhiteSnake. La melancolía lo pone posteriormente un solo con infinitas notas y que da paso a una parte instrumental donde las dos guitarras juegan a dobles melodías para subir el tema de nuevo hacia el estribillo final y volver al principio. Un tema que pese a su extensión, para nada se nos hace pesado, al contrario. Un tema sublime para cerrar un disco redondo.

A rasgos generales, estamos ante uno de los mejores discos de este 2018 que se acaba. Está claro que los bilbaínos no han descubierto la rueda, pero han sabido aprovecharse de esta ola de hard/rock setentero y subirse a a la cresta de ella. No todo el mundo tiene esa capacidad para hacer mágico lo que toca, y ellos con apenas tres discos en el mercado han sabido hacer propio toda una amalgama de sonidos y estilos y hacerlos propios.

Set list Light Among Shadows

Setlist Last Day Of Eden

Setlist Eternal Dream

La cosa iba de power trios, y vaya dos  power trio que se nos presentaba esa noche. Kadavar y Monolord venían por primera vez a Málaga presentando respectivamente sus últimos trabajos.

La grata sorpresa es que pese a haber en la ciudad varios eventos, la sala presentaba bastante público. Un público que poco a poco iba cogiendo posiciones en la sala, en medio de un ambiente distendido que invitaba al disfrute de un buen concierto de rock.

Poco antes de las 20:30 salieron a escena los suecos Monolord. Decir, que los suecos por regla general son gente de pocas palabras sobre el escenario, ellos se expresan mejor con la música y vaya si se expresan. Una vez que empiezan, son un vendaval que no te dejan respirar.

El sonido en la sala fue excelente, a un volumen perfecto y se podía oír claramente la voz suave de Thomas V Jäger y el resto de instrumentos de la banda.

El trio de Gotemburgo abrieron con el tema "Where death meets the sea" de su último álbum "Rust" y decir que con los primeros acordes la sala parecía venirse abajo.

Conforme avanzaba la noche, estos señores nos introdujeron en una atmosfera de pesadez y oscuridad hipnótica a base de una cadencia solemne y majestuosa de riffs de corte Doom, Sludge y Stoner a manos de Esben Willems a las baquetas, Mika Häkki en el bajo cuyo cable blanco en espiral, parecía que en cualquier momento iba a saltar volando y Thomas V Jäger a la voz y guitarra.

Temas como "Rust" o "Wormland" fueron aclamados por un público entregado sobretodo en las primeras filas y que a más de uno se sorprendió de la fuerza que desprenden los del Gotemburgo en directo.

Tras un set de no más de cincuenta minutos la banda acabó despidiéndose de forma breve ante una París 15, que acababa de ser martilleada por una banda que por algo ha demostrado su rápido ascenso en el panorama internacional pese a su corta trayectoria. Habiendo tocado en grandes festivales europeos como el Hellfest, El Resurrection o  girar en salas por Europa y EE.UU












Sin más, era tiempo para los de Berlín. La entrada en escena de Kadavar fue un salto atrás de cuarenta años. Una estética Vintage, acorde con la época dorada de los años 70. Ya en Monolord, Thomas V Jäger con su Flying V y sus pantalones de campana acompañaban a la escena retro, pero con Kadavar el salto ya era total.

Normalmente la batería suele quedar atrás, pero en este caso, la batería de Christoph “Tiger” estaba a la altura de sus compañeros músicos, y es que ver a este hombre es todo un espectáculo, ya sea por su forma de tocar, por sus gestos o por su energía que desprende en directo. Todo un acierto.

La banda abrió con “Skeleton Blue”de su último trabajo "Rough Times" donde demostraron porque están donde están y porque han tenido una proyección tan meteórica.

Un público entregado ante temas como “Doomsday Machine” o  “Die Baby Die” donde la banda no daba tregua. Una banda que sus componentes no paraban de jalear a un público en éxtasis e incluso nos soltaban una pocas palabras en español, que el respetable aplaudía.

Christoph “Tiger” en su batería no paraba de dar baquetazos, llevando un ritmo incesante junto a Simon “Dragon” al bajo los cuales hacían un tandem perfecto con un groove increíble.

Por otro lado Christoph “Lupus” Lindemann no paraba de deleitarnos con riffs por doquier y por maravillosos solos con su Gibson SG.

Tras noventa minutos, acabaron con “Black Sun” de su álbum homónimo, donde el público nos quedamos con ganas de más.

El pasado lunes 5 de noviembre asistimos atónitos al concierto que Fallcie nos ofreció en la sala The hall en Málaga.

Fallcie es una banda de Nu Metal,  nacida en 2017 anteriormente conocida como Nu-Nation.y vienen desde San Petesburgo, Rusia. La banda cambió en un par de ocasiones de vocalista teniendo en este último caso a Valentina Lavrinenko con la cual acaban de grabar su primer álbum de nombre "Born again"

Una banda que viene para sorpresa de todos a Málaga haciendo una extensísima gira europea y sobretodo a precio de risa. Pero que es lo peor de todo, pues lo de siempre, público, cero público. Es cierto que un lunes no invita a ir a un concierto, pero si queremos que la escena crezca, hay que hacer un esfuerzo e ir a conciertos. Y sobretodo cuando la entrada, practicamente está regalada.

¿Que fue lo que nos encontramos allí cuando llegamos? una sala vacía, sin apenas gente para ver una banda que seguramente en cualquier otro país la entrada no baje de los 10€ Porque lo valen, porque después de lo visto, la banda se dejó la piel en el escenario ante ¿cuantas? 10-15 personas como mucho entre público, gente de la sala y su propio staff que venían con ellos. Pero ya digo, se dejaron la piel, saltaron, disfrutaron, Valentina se dejó la voz allí y tocaron como si estuvieran ante diez mil personas. Eso es profesionalidad ante la adversidad y eso es tener tablas. Ya sólo por eso merecen el respeto del público y ojalá vuelvan.

Venían presentando su primer álbum como Fallcie y con Valentina como nueva  frontwoman de la banda. Aquello desde los primeros minutos hasta el final fue una apisonadora rusa que puso el lugar patas arriba. Alexander Korsak con su guitarra no paraba de saltar, y moverse al ritmo del sonido de  sus riffs, que salía de las válvulas de su amplificador.
Dimitri Chernykh al igual que su compañero no paraba con su bajo y por momentos toda la banda entraba en un extasis de headbanging al ritmo de los blast beat de su increíble batería que dejaron a más de uno con la boca abierta. Todo un monstruo a las baquetas este señor llamado Nick Kondratiev.

Y como maestra de ceremonias, Valentina Lavrinenko, con una voz espectacular que jugaba a su antojo con las voces limpias y guturales y que no paró en ningún momento de animar a los pocos que estábamos allí. Y que el escenario se le quedaba pequeño ante tanto talento y explosividad.

Fue un show, pequeño de apenas una hora, pero intensísimo, donde dieron lo mejor de ellos mismos y nos dejaron con ganas de más. Esperemos que no tarden en volver y que en este caso el público responda.